domingo, 7 de julio de 2013

Pensamiento social latinoamericano. elaborado por Damaris Merejildo

Pensamiento social latinoamericano.

El pensamiento social dominante en América Latina no es latinoamericano. Después de siglos de presión para pensar como Ellos, la región más desigual del mundo grita indignada por justicia social, autonomía política, inclusión económica, cuidado ambiental, diálogo intercultural y desobediencia epistémica. Eran autóctonos los constructores de caminos en Abya Yala hasta 1492, que incluían el color, olor, sabor, sonido y textura de los modos de ser, sentir, pensar, hacer y hablar de los pueblos originarios. Desde 1492, caminantes foráneos destruyen antiguos caminos y construyen otros con los colores, olores, sabores, sonidos y texturas de sus modos de ser, sentir, pensar, hacer y hablar, y crean desigualdades, violencias e injusticias vinculadas a la idea de progreso/desarrollo constitutiva del capitalismo. Para ser como Ellos, adoptamos un pensamiento subordinado al conocimiento autorizado por el más fuerte; somos rehenes de la dicotomía superior-inferior que nos clasificó como civilizados-primitivos y nos jerarquiza como desarrollados-subdesarrollados. Sin embargo, la humanidad experimenta un cambio de época.

En la búsqueda de lo que significa el “Ser Americano”, el problema de la identidad se convierte en el punto de partida del pensar sobre quiénes somos y sobre el tipo de sociedades que queríamos construir una vez concluidas las guerras de la independencia, para así sustentar un pensamiento social propio, como antecedente de la sociología latinoamericana, es decir una disciplina con pretensiones científicas; González Casanova, considera que algunos de los grandes temas de este primer pensamiento latinoamericano son la autonomía cultural y la identidad nacional, que originalmente se propusieron contra las ideas conservadoras de España y después como respuesta a la necesidad de un pensamiento crítico.

El pensamiento latinoamericano es la reflexión y el análisis propios que pueblos, comunidades y naciones de la región hacen de su propia historia e identidad colectiva en el contexto global del sistema capitalista. Constituye, así, la herramienta fundamental para exteriorizar y reafirmar la existencia vital de América Latina y el Caribe en el contexto de la formación mundial de las sociedades contemporáneas fundadas sustancialmente en el modo capitalista de producción. Sin ese pensamiento difícilmente se puede vislumbrar la especificidad de América Latina y, por el contrario, queda peligrosamente expuesta a diluirse dentro de las tendencias que va marcando el actual proceso denominado de “globalización”. Por otro lado, en el contexto mundial de la lucha de clases y de las ideologías (liberal, conservadora, neoliberal, estructuralista, marxista) el pensamiento latinoamericano viene experimentando fuertes embestidas en todas las disciplinas y ciencias del conocimiento: sociología, ciencia política, antropología, filosofía y economía mientras que se va reafirmando la hegemonía ideológica de las vertientes del eurocentrismo y de las corrientes del pensamiento estadounidense en nuestras academias, en las aulas, en las bibliografías, las líneas de investigación y en las formas del pensamiento social. Las características históricas del conocimiento latinoamericano tales como su vocación critica, de búsqueda de alternativas para el cambio social, su visión global de los fenómenos, hechos y acontecimientos sociales y humanos de las formaciones económico-sociales latinoamericanas y, sobre todo, su compromiso con la búsqueda de la objetividad del conocimiento han quedado prácticamente nulificadas en beneficio de visiones fragmentadas y comprometidas con los sistemas dominantes del poder mundial. Las ideas de José María Morelos Pavón, de Zapata, de José Martí, de Simón Bolívar, de José Artigas, de Mariátegui, de Enrique José Varona, de Domingo F. Sarmiento, de Ramiro Guerra y de José Vasconcelos, fueron fuertemente combatidas y avasalladas infructuosamente para pretendidamente, beneficiar al sistema de ideas dominante que impusieron el neoliberalismo y la globalización mediante la irradiación del "modelo occidental" como el "único existente" en el mundo actual. Lo anterior queda plasmado en la imposición de formas de integración impuestas y controladas por Estados Unidos como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAM) o el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y otras que tienden a cambiar el mapa de la región.
Los ideales libertarios, de identidad y autonomía, de integración y reafirmación nacional quedaron subsumidos en la dependencia, el subdesarrollo y la subordinación a los sistemas económicos y políticos dominantes enclavados en la dinámica del sistema capitalista y del universal.2 Rescatar estos ideales y reflexionar sobre la posibilidad de recuperar la riqueza de nuestro pensamiento social latinoamericano constituye un proceso que requiere articular la tradición de dicho pensamiento crítico con los nuevos retos e ideales teóricos que plantea la comprensión de la realidad contemporánea de nuestros países y sociedades.


 Pensamiento positivista latinoamericano
                                                                                                                                            
Descripción: Cubierta delantera Es un concepto que expresa un conjunto de ideas y acciones, que funcionaron como aparato ideológico del Estado y de las clases en el poder, cuya finalidad fue hegemonizar las diversas estructuras sociales derivadas de enfrentamientos que remiten al proceso de formación del Estado y de la nación de los países pos independientes de América Latina de finales del siglo XIX hasta la mitad del siglo XX. Fue en América Latina donde se concretó el ideal del filósofo francés Augusto Comte (1798-1857), quien postuló que el espíritu humano debe renunciar a conocer el ser mismo de las cosas (negando toda metafísica) y atenerse sólo a las verdades que se obtienen por medio de la observación y la experiencia. Según Comte la función de las ciencias de la naturaleza es descubrir las relaciones constantes entre los hechos y los fenómenos. De ahí que su inquietud es posibilitar o trasladar la metodología de las ciencias de la naturaleza o positivas, como él las denominó, al terreno de los fenómenos sociales. Con este afán el filósofo creó la física social, como llamó en un principio a la sociología . Esta filosofía, si bien en Europa no se aceptó totalmente, si dejó una profunda huella en el corazón y en la mente de los pensadores latinoamericanos, pues éstos necesitaban una filosofía que funcionara en los momentos de transición que vivían los pueblos latinoamericanos. Por esto el positivismo, como dice Óscar Terán (1983), se convirtió en una “especie de umbral ideológico que, desde México a la Argentina, no se limita al campo filosófico, sino que incide sobre la política y la pedagogía”. A este respecto Leopoldo Zea, citando a Víctor Massuh, dice que el positivismo:
las ideas positivistas se extendieron a lo largo del continente, como las únicas partes de realizar lo que se dio en llamar: la liberación de América por estas épocas América abrió definitivamente sus puertas a la modernidad. Consecuentemente con esta tradición histórica, el positivismo planteó el problema de la educación del hombre americano en los términos de su peculiar concepción del mundo: progreso material, industrial, organización y educación científica (Zea, 1978).

Pensamiento socio critico latinoamericano

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El pensamiento social crítico se define a partir de la tarea teórica que asume en la actualidad: Poner a punto la actitud crítica que lo caracteriza ante un orden social que persigue cooptar y absorber toda resistencia y práctica adversaria hacia él. El sistema capitalista a través de sus profesionales teóricos, despliega una contraofensiva teórica buscando soluciones a los conflictos que la misma crea. Estas soluciones difieren por sus enfoques, pero coinciden en cuanto al objetivo fundamental: no reconocer el carácter transitorio y finito del capitalismo. El pensamiento social critico se configura desde una empresa reflexiva y teórica y por un enfoque holístico e integral acerca de la necesidad real de evaluar y re elaborar críticamente los aparatos conceptuales de la ciencia social crítica, aunados por el objetivo de buscar soluciones postcapitalistas, formular y reivindicar alternativas constructivas ante el capitalismo en general y el neoliberalismo en particular, pensando sus desafíos de viabilidad, repensando las posibilidades del socialismo en las actuales condiciones históricas.

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